Los profesores lamentan que los currículos escolares son más amplios y extensos, con muchos contenidos tratados de manera superficial ante la falta de tiempo.

En Primaria se introducen contenidos muy complejos a edades muy tempranas en las que los alumnos no tienen la capacidad de asimilar conceptos abstractos.

Las pruebas de evaluación y los estándares de aprendizaje introducidos en la nueva ley ahondan en el problema.